MIEDO

A pesar que en este blog siempre intento sacarle a la vida ese puntito gracioso que todos necesitamos casi tanto como el respirar, hay dias como hoy que el miedo se apodera de mi de una manera un tanto siniestra, y entonces el punto se escapa, no lo encuentro.

Llevo así mucho tiempo, tal vez porque aún estoy asimilando que la muerte ha rondado cerca de mi alma, y salí viva todavía no sé como. Sé que he tenido suerte, que muchos no lo cuentan, pero eso, a mí, me deja fría. Porque vivo con miedo, a veces con la sensación de estar en el minuto de descuento, desesperada por marcar un gol para salir victoriosa.

Si, todo el mundo me ve bien, pero pocos saben que por las noches recuerdo los sonidos de la UCI donde estuve y que parece que van a venir las enfermeras a cuidarme (aprovecho para dar las gracias al equipo humano que me atendió durante esos dias, por que hicieron mi vida más cómoda). Me cuesta escribir, recortar con unas tijeras, atar un nudo, tragarme las tropecientas pastillas del dia, mantenerme despierta y atenta, sobretodo atenta.

Soy consciente que me cuesta seguir una conversación, que el cálculo mental se me da peor (antes era mala, pero ahora soy mala de remate), que la parte derecha de mi cuerpo es insensible a una caricia y extremadamente sensible al dolor...

Tengo miedo, de no ser la que fuí, de las que se reia de las dietas, de la noche de las campanadas, de las conversaciones de las marujis en el bus, de todo aquello que me hacía sonreir y de las que sacaba ese partido que ahora no puedo sacar.

Es por esto que mis entradas en este blog se han vuelto escasas, y espero volver pronto con las pilas algo cargadas, lo suficiente para reirme de mi misma, como siempre.

Un beso a todos los que me seguís, y a los que no, de os den...