20 oct 2009

El maravilloso mundo de Banner y Flappy

Últimamente llevo una temporada algo agitada con la compañía de seguros del coche, y he llegado a la conclusión que son capaces de venderte un kilo de porvorones en el desierto y ofrecerte el agua como un extra, previo pago de miles de euros.
Por enésima vez en estos días me he cagado en lar muelaaaaarrrr de los ambles teleoperadores que pobres, tiene que aguantar a una clienta cabreada durante un rato.
Y es que creo que trabajar en atención telefónica a clientes debe ser algo duro, muy duro, porque tienes que aguantar a perlitas como servidora que cuando se encuentra elocuente se vuelve lenguaraz y no deja títere con cabeza (jeje, toma ya!!!). Deben ser personas como aquellas ardillitas de mi infancia, Banner y Flappy, felices corriendo por el bosque, con la única preocupación de encontrar nueces y de jugar y descubrir el mundo. Me los imagino sonrientes, con palabras de aliento a cualquiera, a la hora que sea y cualquier problema es menos problema si hablas con ellos. Son los super-teleoperadores, que por la noche se disfrazan con unas mallas muy apretadas y los calzoncillos por fuera para salvar gatitos de las copas de los árboles.
"No se preocupe, señora, que el problema se está solventando, en breve tendrá respuesta, que no pasa nada", "Seguramente es un error informático"
Cagüen los informáticos, que siempre lo joden todo, primero fue el error informático de la pobre Ana Rosa Quintana y el puto Word que todo lo jode, y ahora la mierda seguro que hace un mes que quiero modificar, y que no que no hay un Dios que modifique los datos del vehículo.
Y nuestro operador, en el pais de las maravillas, diciéndome que el problema está solventado, que ha vuelto a introducir los datos y que ya está todo actualizado. Y yo, proponiéndome firmemente ir directamente al ordenador de la ardillita superfeliz y resetearselo, a ver si así arreglamos algo!!!!
Y con todo esto, quiero reflexionar que este tipo de trabajo está bastante mal pagado, que los tienen con horarios bastante chungos y que se les proporciona poca formación, la justa para salir del paso. Con lo cual, deduzco, que estas ardillitas felices y contentas son de una pasta especial, excepto el señor de Fecsa-Endesa, que me dijo que cuando se está en paro, se gasta más luz porque no se sale tanto por ahí (no me he olvidado de ti, chato, que ese día no te puse dos velas negras porque no las encontré a mano).
Seguid siendo felices. Por lo menos, que alguien lo sea!

1 comentario:

Anónimo dijo...

Me encantas cuando te mosqueas!!!
Que imaginación, Nuria!!! Comparar a estos pobretes con banner y flapy... también eran de mi infancia!!!!
Me has hecho sonreir..., y eso me gusta.
Un beso, mi gata loquilla...