6 mar 2009

Aventuras de pulpo en un garaje (lección práctica: el plano inclinado)

Pues si, después de una temporada fuera del circuito, he vuelto a trabajar, cosa que en este momento de crisis es para tirar cohetes y cruzar los dedos para que dure todo lo posible.

El caso es que mi experiencia previa no tiene que ver con el nuevo trabajo, cosa que me hace sentir como un pulpo en un garaje, perdida y confusa. Tras un primer día repleto de presentaciones, bombardeo de información y mucho dolor de cabeza, en el segundo día, me dieron el carrito de correo y me dijeron que fuera a buscar toda la documentación que había llegado al departamento y allí que me fui, resuelta y sonriente. Al regresar al departamento, hay una pequeña rampa, por la que debía bajar el carrito sin problemas... o al menos eso creí, porque el carrito entró de cara por la rampa haciendo que las dos cajas en las que iba el correo volaron y se volcaron en el aire, desperdigándose por todo el pasillo y haciéndome soltar un gruñido (lo sabía, lo sabía!!!!).

Muerta de vergüenza empecé a recoger, rezando (ingenua de mi) que nadie me viera, pero, como no, en pocos segundos habían cuatro o cinco más ayudandome a recoger los sobres.

Bueno, es una manera como otra cualquiera de conocer a los nuevos compañeros

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Parece el gag de una peli, pero tienes razón, buena manera de conocer gente nueva...
Que cosas te pasan....!!!

Olivia_p dijo...

pero niña, este tipo de cosas son las que a mi me pasan todos los días, ya lo dice el marío soy una especie de mrs Bearn pero en buena (de buena no de tía buena es que el Bern ese a veces es ruín)