El problema de llevar las orejas puestas es que a veces preferirías no escuchar conversaciones ajenas. Sobretodo cuando te dan ganas de meterte en la conversación de lleno.
El otro día iba en el tren, y dos señoras se pusieron a hablar:
Señora 1: Pues si, que a mi hermana la van a operar
Señora 2: Ah! si? y eso?
Señora 1: Es que tiene "visícula"
Señora 2: Ufffff!! Con lo mala que es la "visícula". Mi cuñada estuvo muchos meses mala, hasta que al final tuvieron que operarla de urgencia. Lo que pasa es que como ella tiene de la tensión, pues un poco más y se queda en la operación.
Señora 1: Pues eso no es nada. Mi hermana tiene de la tensión y azúcar...
En ese momento me empieza a dar vueltas la cabeza, ya que parece ser que hay disputa para ver quien tiene la situación más grave!!! Ay!!! pero bueno!!!
Intento distraerme pensando en algo positivo... pero las marujas de pelo cardado, vuelven al ataque con un nuevo tema. El régimen.
Décimo día de dieta: Llevo las cosas como puedo y reconozco que he pecado (los cumpleaños en el trabajo son mortales de la muerte y llevo una semana que me comería a mi padre por los pies). Tengo la certeza que no lo llevo tan bien como aparento, pero aguanto estoica mis propias debilidades, con la esperanza de cambiar.
El caso es que las señoras se han puesto a hablar de dietas y despiertan mi atención.
Señora 1: Pues si, que he ido a un médico de esos de las hierbas, y me ha dicho que a mí me engorda la leche y que la lechuga me da flato.
Señora 2: Es que la lechuga engorda mucho
***Ay! por eso no pierdo ni un gramo****
Señora 1: Si, si. Me ha dicho que tengo que hacer una dieta... "sociada" de esas que no puedes mezclar la carne con la verdura ni el pan. Por ejemplo, yo me puedo comer una barra de pan entera y no me engordo, pero como le ponga un poco de tomate al pan, me engordaré mucho.
***Ay! Que va a ser el tomate!!! y yo privándome del pan y comiendo tomate con sal y una pizca de aceite***
Señora 2: Pues si, y a mi me dijo una vecina que ha perdido 25 kilos, que si mezclas la carne con la leche, se te hace una bola en el estomago que te engorda más...
***Y yo con el cortadito después de la comida***
Me devolvió a la realidad la chica que avisa muy amablemente que la parada próxima es la tuya.
Mientras bajaba, estuve a dos segundos de preguntarles qué médico era ese, porque ahora viene la Navidad y quiero comer turrón, pero a lo mejor si como una mandarina, mi estómago revienta como una bomba nuclear...
Si es que las mandarinas las carga el diablo...
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