Segundo día de dieta: Parece que el tiempo corre de otra manera cuando las tripas rugen como leones en celo. Parece que llevas más de un mes comiendo verduras, no picando entre horas y bebiendo mucho líquido (agua e infusiones). Parece ser que lo del líquido es porque eliminas toxinas o algo así. Bebes cuando tienes hambre, cuando tienes sed y cuando ves a tu compañero de oficina comerse un bocata de anchoas en el desayuno. Le miras como si un buho hubiera poseído tu cuerpo, y con las cataratas del Niágara descolgándose por la comisura de tus labios.
"Vamos a ver, bonita, si odias las anchoas!!! Si siempre te han dado un ascazo de la muerte!!! Que es un bocata de anchoas!!!". Pero da igual, como si hubiera sido de serrín. Miras a Miguel con cara de perrito famélico, pensando en ese pan tierno y crujiente... en esas anchoas melosas y saladitas. La expresión de tu cara interrumpe el almuerzo de tu compañero, que te dice incómodo que te da un trozo si te apetece tanto (a ver si vas a estar embarazada, niña!!!!....). "Nooo, hombre... es que estoy a dieta".
Miras a otro lado, mientras la orquesta de tripas rugidoras te recuerdan que es la hora de tomar tu infusión de las 10:00h. Bajas a la cafetería con una compañera y procuras desviar la atención de tu hambre con conversaciones del tipo (pues la vecina de la amiga de mi madre se ha echado un amante 20 años más joven que ella...), enfrascada en la conversación, sacas de tu bolso el bote de sacarina i le echas un par de pastillas a la menta-poleo que te toca de media mañana. Tu compañera para la conversación en seco... "Nena, estás bien? Es que... no le has echado sacarina a la infusión..." Miro en el fondo de la taza y veo dos pastillas con forma triangular... y en mi mano un bote de Smint de Fresa. Toma ya!!!! Aderezo super-extra de la menta-poleo de media mañana. (Tierra trágame... alguien con pistola en la sala? es para darme un tiro)
Te levantas muy digna y le dices a tu compañera: "Me voy, que aprovecharé el descanso para ir a comprar un par de cosas que me faltan en casa. Nos vemos en la oficina."
Sales apretando el paso y cruzas la calle hasta el supermercado. Compras el champú y las compresas que te faltan, y una lata de anchoas.
"Esta noche cenamos anchoas por la gloria de mi madre".
No hay comentarios:
Publicar un comentario